Por
mucho, la gran novedad de nuestra época es la incontenible irrupción de las
mujeres, están imparables y me atrevería a decir que vienen en un plan muy
pelado.
No
necesito decirles que hay un rencor de siglos que ya forma parte de su programa
genético.
Precisamente
por esto repito una vez tras otra que, en este momento de la historia, a los
hombres lo que nos corresponde es pactar con las mujeres una rendición honrosa,
antes de que literalmente se nos venga el mundo encima.
Si
en la negociación conseguimos conservar para nosotros el control de la tele,
nos hemos de dar por bien servidos y ya ni llorar será bueno.
Agarren
lo que se pueda y traten de portarse bien, pues de otro modo perderán lo
poquito que hayan pepenado.
Es
urgente que los hombres entendamos que las mujeres son insumergibles e
indestructibles; son, como las nombra una película no demasiado buena, pero
dedicada a ellas, "magnolias de Acero”
Es
decir, poseen las aromadas características de una flor, pero también la enorme
resistencia del metal; todo lo embellecen y todo lo resisten.
Inútil,
absurda e inmoral la exacerbación de la violencia masculina contra la mujer.
Es
una canallada que lo único que está mostrando es lo amenazado y temeroso que se
siente un hombre frente a una mujer que ha decidido mostrarse, aprender,
prepararse y asumir su libertad.
Mientras
más las golpeemos, más apretará el paso rumbo a su autonomía.
Por
siglos las mujeres dependieron del mundo y el sustento masculinos.
Existían
millones de Scherezadas que noche a noche tenían que inventarle algo a su
sultán particular para ganarse un día mas de vida.
Con
profunda pena participo al sector masculino que Scherezada ha fallecido.
No
habrá que llorarla; habrá que festejar el advenimiento de una mujer a la que no
le interesa ser esclava, sino que ha preferido "ser" y esto implica
cultura, mundo, audacia, proyecto de vida y total ausencia de temor a la
soledad, esa que todavía hace algunas décadas, era el fantasma que aterrorizaba
a las mujeres.
YA
NO.
Ahora
ellas deciden lo que quieren ser, como quieren ser y con quien quieren ser.
Ahora
de modo incontenible, vienen ocupando espacios en la vida pública que por tanto
tiempo les estuvo vedada.
La
independencia y la seguridad que han adquirido les permiten mostrar sus enormes
dotes para la planificación, para el manejo organizado de la economía, para el
uso sensato de la autoridad y para la negociación tersa de los diferendos
nacionales e internacionales que siempre surgen en la vida pública.
Ni
modo, muchachos: ahora nos toca descansar y tejer.
¿Quieres
acercarte a una magnolia de acero?
Tendrás
que aprender y practicar las únicas "debilidades" de las mujeres.
Son
tres:
La
ternura,
la
libertad para reír francamente o llorar sin recatar su pena y
la
absoluta disponibilidad ante la belleza.
Estos
y no la violencia son los únicos caminos legítimos para llegar al corazón de la
mujer.
No
hay tiempo que perder, el florecimiento de la mujer implica el florecimiento
del mundo y el de nosotros.
NO
TEMAS FLORECER.